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La rana sorda

 

Fábula: La rana sorda


Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.  Cuando vieron lo hondo que era, empezaron a murmurar y a decirles: ¡No deberían gastar fuerza en vano! ¡El hoyo es muy profundo y no podrán salir! ¡Mejor deberían darse por muertas!


Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Pero las otras seguían insistiendo en que todos sus esfuerzos serían inútiles


Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se dio por vencida. Rendida de cansancio cayó y finalmente murió. 

Carmen Lyra - Salir con un domingo siete

 

Salir con un domingo siete

                                                                         (fragmento)


Había una vez dos compadres güechos, uno rico y otro pobre. El rico era muy mezquino, de los que no dan ni sal para un huevo. El pobre, iba todos los viernes al monte a cortar leña que vendía en la ciudad cuando estaba seca.


Uno de tantos viernes se extravió en la montaña, y le cogió la noche sin poder dar con la salida. Cansado de andar de aquí y de allá, resolvió subirse a un árbol para pasar allí la noche. Ató al tronco el burro que le ayudaba en su trabajo y él se encaramó casi hasta el cucurucho. Al rato de estar allí, vio de pronto que a lo lejos se encendía una luz. Bajó y se encaminó hacia ella. Cuando la perdía de vista, subía a un árbol y se orientaba. Al irse acercando, vio que se trataba de una gran casa iluminada, situada en un claro del bosque. Parecía como si en ella se celebrara una gran fiesta. Se oía música, cánticos y carcajadas.


El hombre aseguró su bestia y se fue acercando poquito a poco.


La parranda era muy adentro, porque las salas que estaban a la entrada se encontraban vacías. En puntillas se fue metiendo, se fue metiendo hasta que dió con lo que era. Se escondió detrás de una puerta y se puso a curiosear por una rendija: la sala estaba llena de brujas mechudas y feas que bailaban pegando brincos como los micos y que cantaban a gritos esta única canción:


A la deriva - Horacio Quiroga

A la deriva, Horacio Quiroga. Cuento para la clase de español


 A la deriva

(fragmento)


El hombre pisó algo blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque.


El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.


El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un
instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y
comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.


El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían
irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con
dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.


Llegó por fin al rancho, y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.

Cómo el mono se volvió bromista


Cómo el mono se volvió bromista

 

Cuento

Leyenda de Brasil adaptada por Elsie Spicer Eells.
Versión en español por Paola Artmann.
No encontré más información del texto

Cuerdas - Pedro Solís García

 Crea el final de la historia y luego mira el video


 

El Recurso


Este recurso esta basado en el video Cuerdas. El texto de la primara parte de la historia está en la presentación y la idea es crear el resto de la historia.  Si el texto de las preguntas no se ven igual es porque la tipografía no está en tu computadora y en ese caso,  puedes cambiarla con algo que te guste así como escribir preguntas que te sean más útiles.


La Sequía

La sequía - Texto para la clase de español




Carlos Salazar Herrera




Carlos Salazar Herrera fue un escritor, escultor, dibujante, periodista y grabadista Realizó sus estudios primarios y secundarios en San José. Luego ingresó a laborar en un taller mecánico. 

A los catorce años obtiene su primer galardón por su ensayo El café. Desde su adolescencia presentaba aptitudes para la literatura y el dibujo. Pasó luego al Banco de John M. Keith y cuando el banco cerró sus puertas, aprovechó sus habilidades con el crayón y decidió tener una oficina privada de dibujo. Con la publicación de su libro Dibujo práctico, se difundió la calidad de su trazo costarricense.



La Sequía (fragmento)


Muy parecido estaba a uno de esos “tocadores de ocarina” que esculpieron sus antepasados.


Sin moverse, pasmado, horas y horas en cuclillas.
Piedra con musgo era así su cara, el reflejo de las matas que todavía podían ser verdes.
Al reflejo de las matas que junto a la entrada, afuera estuvo siempre el indio echando raíces…y el corazón.


A fuerza de estar ahí, el indio había cogido el color del rancho.
El rancho, en el vientre de la montaña seca por la sequía, fue volviéndose sonoro.

Rancho horqueteado, amarras de bejuco, hojas de plátano, corteza de palmito… y tierra.


Adentro estaba la india compañera.


Charco de agua clara de esos que repiten a la luna, era por dentro la india.
Cosa de la montaña!.
No llovía.
Se cansaron los yigüirros de pedir agua.
Cayeron las hojas de los árboles grandes.
La tierra y el sol se bebieron el río.


Hojas, hojas, hojas. Amarillas las hojas que no pudieron sostenerse más.
Hojas secas en todos los rincones de la selva.
Secos los bañaderos de los chanchos y el sexo de las flores.
Sin agua los bejucos de agua y la catadura de los arroyos.
Secas las narices de los animales….


Un corazón y secándose otro.
La india fue saliendo del rancho a pasos torpes. Se detuvo, miró al indio.
Miró el rancho. Miró la picada.
Miró otra vez al indio, al indio su hombre. Se acercó a él hasta tocarlo.
Esperó. Esperó, pero el indio no abría la boca, no se movía.
La india se dio a caminar huyendo despacio, muy despacio.

El huésped, Amparo Dávila

       El huésped Cuento de horror

Audio

Para activar el audio debes colocar el puntero encima de la imagen del disco de vinilo 
y cuando veas la manita, clicas en el disco

El almohadón de plumas - Horacio Quiroga

Cuento del libro Cuentos de amor, de locura y de muerte



Audios

Clica el disco de vinilo que está al pie de la página para activar el audio del cuento

Réquiem con tostadas

Cuento de Mario Benedetti

Lectura del cuento con ilustraciones y un audio


Este es un texto de Mario Benedetti que invita a reflexionar sobre la violencia doméstica y a la vez es un buen texto para analizar y discutir en clase.


Fragmento de Réquiem con tostadas



Sí, me llamo Eduardo. Usted me lo pregunta para entrar de algún modo en conversación, y eso puedo entenderlo. Pero usted hace mucho que me conoce, aunque de lejos. Como yo lo conozco a usted. Desde la época en que empezó a encontrarse como mi madre en el café de Larrañaga y Rivera, o en éste mismo. No crea que los espiaba. Nada de eso.



Usted a lo mejor lo piensa, pero es porque no sabe toda la historia. ¿O acaso mamá se la contó?. Hace tiempo que yo tenía ganas de hablar con usted, pero no me atrevía. Así que, después de todo, le agradezco que me haya ganado de mano. ¿Y sabe por qué tenía ganas de hablar con usted?. Porque tengo la impresión de que usted es un buen tipo. Y mamá también era buena gente. No hablábamos mucho de ella y yo.

El otro, cuento de Borges

Borges para la clase de español

Fragmento de El otro. Lectura para la case de español

Audio

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Fragmento


La reconocí con horror.


Me le acerqué y le dije:

—Señor, ¿usted es oriental o argentino?
—Argentino, pero desde el catorce vivo en Ginebra—fue la contestación.


Hubo un silencio largo. Le pregunté:

—¿En el número diecisiete de Malagnou, frente a la iglesia rusa?

Me contestó que sí.

—En tal caso—le dije resueltamente—usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969, en la ciudad de Cambridge.


—No—me respondió con mi propia voz un poco lejana.

Al cabo de un tiempo insistió:

—Yo estoy aquí en Ginebra, en un banco, a unos pasos del Ródano. Lo raro es que nos parecemos, pero usted es mucho mayor, con la cabeza gris.


Yo le contesté:

—Puedo probarte que no miento. Voy a decirte cosas que no puede saber un desconocido. En casa hay un mate de plata con un pie de serpientes, que trajo del Perú nuestro bisabuelo. También hay una palangana de plata, que pendía del arzón. En el armario de tu cuarto hay dos filas de libros. 


Los tres volúmenes de Las mil y una noches de Lane con grabados en acero y notas en cuerpo menor entre capítulo y capítulo, el diccionario latino de Quicherat, la Germania de Tácito en latín y en la versión de Gordon, un Don Quijote de la casa Garnier, las Tablas de sangre de Rivera Indarte, con la dedicatoria del autor, el Sartor Resartus de Carlyle, una biografía de Amiel y, escondido detrás de los demás, un libro en rústica sobre las costumbres sexuales de los pueblos balkánicos. No he olvidado tampoco un atardecer en un primer piso de la plaza Dubourg.


La fruta perfecta

 La fruta perfecta


Este es cuento que se encuentra en el libro de Escuela Para Todos de 1960,. Es un cuento que tiene un vocabulario fácil hace una referencia a algunas frutas. Además de ser un cuento divertido también es útil para aprender o repasar el nombre de algunas frutas.



Escuela Para Todos


Es un libro almanaque que tiene vigencia desde los años sesenta y está enfocado a responder muchas de las preguntas de las personas que por alguna u otra razón, no tienen una educación formal completa. Las explicaciones que allí se encuentran son sencillas y con un lenguaje que todos pueden entender. 


Las medias de los flamencos

Cuento de Horacio Quiroga en PowerPoint



Esta presentación es del cuento de Horacio Quiroga, Las medias de los flamencos. Esta hecha en su mayoría con las ilustraciones del señor Leonardo Rodríguez pero, unas pocas de las imágenes pertenecen a alguien que desconozco.


Horacio Quiroga fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo, maestro de la prosa vívida, modernista y naturalista. Sus relatos suelen retratar una naturaleza terrible, horrorosa que se vuelve contra el ser humano.


Los cuentos de la selva un libro de cuentos para niños que fue publicado en 1918 en Buenos Aires, Argentina.

A Margarita

 A Margarita Debayle

Rubén Darío





Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, 18 de enero de 1867-León, 6 de febrero de 1916), fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española.


 Es, quizá, el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispano, y por ello es llamado «príncipe de las letras castellanas».


Presentación


En la primera parte de la presentación hay una pequeña biografía de Rubén Darío y de Margarita Debayle. Además se incluyen imágenes de algunas palabras como vocabulario con las definiciones de la Rae. También incluye en la voz de Marco Molleda y se activa clicando el icono del cangrejo que está en la portada del cuento.

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